jueves, 28 de mayo de 2020

Bus a Granada.

Bus a Granada.

Antes escribía.

Antes escribía al anochecer, bien acurrucada bajo mi edredón protector, o bien sentada en el balcón contemplando la luna.
La mera emoción ante la página en blanco era suficiente para alimentar mi mente y despertar a mi inspiración, de sueño ligero por aquel entonces.

Ahora es diferente.

La inercia es un monstruo voraz, como si de una temible hidra se tratara, con tres grandes bocas hambrientas, una que devora energía vital, otra sedienta de creatividad, y la última que ansía jugosos pedazos de memoria. 

Si aún no me falla ésta última después de tanto mordisco, creo recordar que el Vagabundo se enfrentó a ella una vez. Estuvo a punto de devorar lo que más apreciaba en el mundo, pero la libélula salió volando rauda y veloz, y escapó portando consigo su preciado libro de poemas. 

¡Menos mal!, diréis, ¿Qué sería de nosotros sin los versos del Vagabundo?
Afortunadamente, él sigue vagando con su sonrisa, recorre pueblos y valles, los llena de letras que sus habitantes recogen con sus cestas. De vez en cuando también entrega alguna carta sin remite, pero sólo de vez en cuando. 

A mi, la hidra ya vino a buscarme. Fuí presa fácil por un momento, y por ello, por grotesca glotonería, volvió a por más. Sin embargo, esta vez no me halló. He escapado, en un autobús de largo recorrido e infinitos paisajes.Pero sólo es cuestión de tiempo, he de encontrar la forma de ahuyentarla cuando vuelva. No creo que necesite ningún Hércules, me las apañaré. 

Si os visita alguna vez, en noche de luna llena, abrid las cortinas, pues la visión de la esfera plateada la relaja.

Eso es todo por hoy, ya estoy llegando a Granada. 

miércoles, 18 de marzo de 2020

Un puente difícil de encontrar


Hoy mi buzón no estaba vacío. 
Después de años, el cartero ha recordado mi dirección. 
O tal vez nadie me ha escrito desde entonces, pero me gusta pensar que el abrigo de este viejo puente es difícil de encontrar. 

- Hoy ha habido suerte. 

El cartero deposita la carta en la cajita de cartón. El vagabundo se acerca a recogerla.

- Desde luego amigo mío. Gracias por desviar tu ruta hacia este rincón, y gracias por la misiva. 
- De nada. Uno se cansa de entregar cartas de esas que no se quieren recibir. Espero ésta sea diferente. ¿Esperas noticias de alguien? 
- Siempre. De cualquiera con pluma y tinta o lápiz y papel. 

El cartero sonríe, con mirada de nostalgia. 

- Se quien sea tu lejano amigo, eres afortunado de ser destinatario de algo tan hermoso en estos tiempos. Te envidio. 
El vagabundo lo mira pensativo y después sonríe. 
- Te propongo algo amigo mio. Déjame llevar el resto de cartas que te quedan en la bolsa a su destino. A cambio, esta carta es para ti. Tu eres desde este momento su destinatario. 

El cartero mira al vagabundo profundamente sorprendido y desconcertado por la propuesta. Quiere decirle que es una locura, una tontería absurda. Sin embargo...

- De acuerdo. Aquí tienes.
- Gracias. En cuanto acabe regresaré. Toma la carta. 

El vagabundo deja la carta en las manos del cartero y se aleja con andar tranquilo y despreocupado portando el preciado cargamento. El cartero lo mira intrigado, pero en seguida vuelca su atención en el sobre. No tiene nombre de destinatario ni de remitente, sólo la dirección del vagabundo. 
Lo abre con cuidado y saca la carta de su interior. 
Empieza a leer, pero para su sorpresa, así reza el inicio de la carta: 


Querido cartero, 




Ahora es tu turno....



Atentamente, 

Tu amigo, el Vagabundo.

  



lunes, 19 de marzo de 2018

El vagabundo de La Paz



La fascinante ciudad de La Paz. 
Camino entre la multitud, corriendo entre los coches, rozando sedas de colores y admirando largas y sedosas trenzas de ébano. Los olores, las frutas, los rostros de experiencia de las mujeres en sus puestos,..En esta ciudad andina todo va rápido y pausado al mismo tiempo, y mi mente se detiene a observar cada detalle, cada gesto, cada palabra, cada acento, y lo guarda como el más preciado de los tesoros en ese rincón que dedica a las maravillas del mundo; ese rincón en el que el alma se recuesta al final de los viajes para emocionarse con lo aprendido. 

Me detengo a comprar unas deliciosas 'salteñas' y continuo mi camino a la deriva. En medio de ese ensimismamiento ilusionado casi choco con un hombre por la calle que, sin duda por su aspecto,es un vagabundo. Sus ojos son alegres, a pesar de las finas líneas que los años y la pobreza han dibujado en su rostro, su mirada es sabia, pero infantil al mismo tiempo, y su sonrisa amable. El hombre entonces, con una gran sonrisa, me dice:

- Su alma en este momento tiene alas. 
- ¿Por qué lo dice?-le pregunto desconcertada.
- No esta mirando a su alrededor, esta viéndolo todo desde dentro, y por eso brillan sus ojos.
La respuesta me sorprende y me maravilla al mismo tiempo.El hombre continua hablando:
- Alguien a quien le brillan los ojos de esa manera, debe amar  las historias y la poesía.

Ajenos al vaivén colorido de la acera, el hombre comienza a relatarme que ha surcado a nado el Lago Sagrado, y que consiguió despertar al Dragón Dormido susurrándole al oído sus poesías; me dice que se ha  asomado al interior nevado del Illimani y ha acariciado el latido del centro de la Tierra; me cuenta que Pachamama le ha arropado una noche y le ha revelado el origen de las estrellas, mientras Tío bailaba a su alrededor intentando distraerla y seducirla de nuevo, celoso por el inesperado rival.

- Mis letras, historias y versos son suyos, solo le pido que me regale una de esas deliciosas 'salteñas' que lleva en la bolsa.- De pronto me resulta muy familiar ese vagabundo del otro lado del mundo, que transporta mi mente a momentos de cariño y a charlas de madrugada; su alma poeta es gemela de una que yo ya conozco muy bien. 

Entonces, en un repentino impulso, abrazo con todo mi cariño a aquel hombre. Al separarnos su rostro refleja desconcierto pero sigue siendo amable. Le entrego la bolsa de las 'salteñas' y le digo:

- Tal vez le sorprenda, pero si no fuera por usted y por su espíritu de poeta , yo no estaría en este viaje ni tampoco habrían conseguido brillar mis ojos. Yo le debo más a usted que usted a mi. Las 'salteñas' son suyas y puede irse si quiere, pero me encantaría escuchar sus versos e historias, si dispone de tiempo para contármelas.

El vagabundo me muestra entonces una amplia sonrisa:
-Venga, ahí en frente tienen un café excelente. Empezaremos por el principio y terminaremos cuando concluya su viaje. 

Dedicado al Vagabundo.

jueves, 7 de mayo de 2015


¿Una brújula rota qué implica?

Implica no saber dónde está el norte
Implica no saber por dónde está la dirección que deseas tomar
Implica...no saber a dónde ir

Lo cierto es que la mía creo que siempre ha estado rota, 
y dudo que se arregle algún día
¿Pero qué importa?

¿Realmente es mejor tener la brújula clara e incuestionablemente señalando al norte?
¿Es mejor saber siempre el rumbo a seguir?
¿Es mejor tener plena certeza de tu destino?

La verdad es que la vida y el mundo ofrecen tales maravillas en direcciones (y decisiones) tan opuestas...

¿Cómo puede resultar tan fácil a las personas escoger y decantarse por una?
¿Qué ocurre con las posibilidades que dejas atrás?

¿Qué pasa con tratar de vivir una emocionante experiencia desde el lado correcto de un teatro?
¿A quién puede no interesarle en absoluto desentrañar los misterios de nuestro antepasados, aquellos por los que estamos aquí y ahora; o los misterios del planeta y toda vida que en él habita, contribuyendo a que día a día seamos capaces de tomar aliento?

¿Qué pasa con la búsqueda de la auténtica belleza, aquella que os atraviesa el alma como una daga? 
¿No deseáis sentir la inmensidad del universo tumbados bajos las estrellas en algún lejano acantilado, donde el rugido de las olas también os recuerde lo insignificantes que somos  frente al poder de los elementos?

¿Dónde quedan los retos que trascienden la rutina diaria?

Como el de ayudar a personas, jóvenes y niños, a pensar, a reflexionar sobre el mundo más allá de la realidad presente y cercana en la que viven.

Como el de llegar a ser capaz de salvar vidas, teniendo presente que son personas, y no casos, números o cifras.

Como el de conseguir arquear las comisuras de aquellos que ya habían olvidado, o nunca han llegado a saber, como sonreír.

A pesar de que duden de ti y te pregunten "¿Para que sirve lo que tu hagas si solo eres 1?"
¿Acaso nadie desea ser esa  gota que forma un océano? 

Son demasiadas posibilidades para una sola vida, es cierto, 
pero una brújula rota ayuda a tener en cuenta siempre
que éstas están ahí.

La verdad es que la idea de ser una gota en una brújula rota me resulta especialmente bella,
 y si no saber donde esta el norte implica locura...,


Sea pues.

martes, 13 de enero de 2015


Tú, alma errante
que preguntas por el sentido de tu ser
Tú, alma errante,
que cuestionas el sentido de la vida

Dime ahora
cuál fue el fin de tus viajes
Dime ahora
cuál fue el hallazgo que te hizo volver

Saliste guiada por tus ansias de libertad
buscando respuestas a tu conciencia inquieta,
conciencia ahogada 
en deseos al momento satisfechos
boqueando desesperada
por la ajena insatisfacción

Tú, alma errante
que rastreas en lugares lejanos,
y en culpables lejanos
Tú, alma errante,
que dormitas feliz ignorante de la realidad

La bella y persuasiva hipocresía
ha reservado todos los próximos bailes
de tu futura existencia
leal compañera de la frivolidad,
amante del auto-engaño

Tú, alma errante
que permaneces impasible
saboreando ese dulce trance

imágen de blog.psicoactiva.com

No obstante,
aún no es tarde para tu conciencia inquieta 
La danza no ha terminado
y quizás,
solo quizás
estés a tiempo 
de cambiar de pareja de baile


domingo, 17 de febrero de 2013

Se hallaba inmersa en un mar de grandes esperanzas.
Todo estaba en calma, hasta que las esperanzas,
falsas, insatisfechas,
la engulleron, dejándola sin aliento, de vuelta a la cruda realidad.
Intentaba salir, luchar, movida por aquella diminuta llamita que la animaba a seguir,
pero el hombro en el que hasta entonces había creído poder apoyarse
ya no estaba.
Algo se solidificó y se rompió;
sintió frío, un frío helador,
y, poco a poco, se dejo llevar por las olas,
olas antes verdes, resplandecientes, como la hierba fresca en primavera,
como los ojos en los que ella tan firmemente confiaba;
pero ahora oscuras,
oscuras como el pozo negro en el que se había convertido su alma engañada.
El mar la arrastró hasta la costa y allí quedó tendida, 
esperando a que pasase una estrella que le indicase algún camino a seguir, cualquiera.

Pero la estrella no pasó,
y desde entonces vaga por playas infinitas,
siempre oteando el horizonte en el mar,
con deseo, con añoranza,
pero con demasiado miedo para correr el riesgo,
con demasiado miedo para adentrarse en sus aguas de nuevo.
                                                                                                

miércoles, 19 de diciembre de 2012

 
 
 

Perezosa Damisela,
siempre se anhela tu llegada,
se desea,se ansía;
mas te haces de rogar,
mientras  versos, notas y bocetos
incoherentes e impacientes,
surgen sin cesar.
 
Tus emisarias,
descordinadas y despistadas,
viajan sin descanso,
probando suerte,
en busca de su boli y papel,
aquel que les corresponde;
pero sin tí,
confusas y perdidas,
resignadas,
pierden la esperanza.
 
En todas partes te suplican que vengas,
que no prolongues tu tardanza;
mas de todos es bien sabido
que unicamente apareces
 cuando menos se te espera,
en la mente distraída, volátil, ligera,
que de pronto halla,
cual la estrella polar para los viajeros,
 el curso de un  rio de tinta infinito:
"su guía" hacia la auténtica belleza.